Conjeturó el presidente de la comisión de Presupuesto de Diputados respecto al traspié y marcha atrás del Régimen de Participación Público-Privada (PPP).

– ¿Qué pasó que se cayó la sesión en la que se estaba debatiendo el proyecto de PPP?

– Es una posición que tomaron los bloques respecto a que la Ley necesitaba más tiempo para ser discutida y eventualmente aprobada. El proyecto pasó muy rápido por comisión, pero se trató de una decisión política porque el Senado había trabajado muchos meses en esta Ley y le había introducido una buena cantidad de modificaciones respecto al proyecto original del PEN. Pero cuando lo comenzamos a tratar en Diputados empezaron a surgir muchas sugerencias para mejorarlo que hicieron que fueran demasiados cambios para tratarlas en el recinto. Hubo un pedido para que pase a comisión y ese fue la posición que ganó. Ahora se retrasan un poco los tiempos, pero en definitiva la voluntad política de la mayoría es que la Ley sea aprobada.

– ¿Cambiemos no tenía ya acordadas esas modificaciones con el Frente Renovador?

– Sí, estaba todo acordado con Massa. Pero en la votación se partía su bloque. Entonces, votaron la vuelta a comisión.

– ¿El día después se lo notó un poco enojado con todo lo que sucedió?

– Sí, pero no con el resultado de la votación, sino porque tengo la sana costumbre de mostrarle a los otros diputados los cambios que se van haciendo al dictamen durante el debate para que al momento de la votación todos sepamos qué es lo que estamos votando. Algunos diputados me acusaron de estar trasgrediendo el reglamento. Les expliqué que creo que esa es la forma más transparente de mostrar en qué línea estamos trabajando. Hoy funcionamos de una manera mucho más abierta y trasparente y eso conlleva también un cambio cultural incluso respecto de la manera en cómo nos llevamos entre los mismos diputados. Me molestó que se criticara esa metodología que yo creo que mejora muchísimo la manera en que discutimos en el recinto.

– ¿Qué va a suceder ahora?, ¿queda tiempo para sancionar la Ley este año?

– Sí, sí. Nosotros apostamos a que la próxima semana se trate en comisión y se discutan todos estos cambios que, según la consideración de la mayoría, eran muchos para tratar en el recinto. Y esperamos que la semana siguiente o la otra podamos darle la sanción correspondiente y que vuelva al Senado para que lo ratifique o insista con el suyo. Nosotros venimos conversando con ellos para que se le dé un rápido tratamiento al tema y se aprueben todos los cambios sugeridos y antes de fin de año tengamos una nueva Ley de Participación Público-Privada.

– ¿Cuáles son esas reformas que se le van a hacer al proyecto de Ley?

– Bueno, respecto al proyecto que ya tiene media sanción del Senado, se van a establecer algunos controles adicionales a nivel parlamentario. Básicamente, se crea una comisión bicameral de seguimiento de los proyectos y se establece un tope máximo de compromisos fiscales futuros. Y también se refuerza el contralor que tiene que ejercer el Congreso replica audemars piguet end of days watches para este tipo de iniciativas.

– Una de las principales críticas de la oposición es que esta Ley consiste en la privatización de la obra pública. ¿Se puede hacer esta lectura del proyecto?

– No. La Participación Público-Privada nació en la Argentina hace mucho tiempo, después fue ratificada por un decreto del año 2005 de Néstor Kirchner y Roberto Lavagna, que es la base de este proyecto. Y básicamente busca unir lo mejor del sector privado y del público que es que los servicios, infraestructura y bienes que debe proveer el Estado puedan hacer en combinación con el privado, ya sea aportando capital, ideas, la construcción o el mantenimiento de las obras. Es un modelo que está funcionando muy bien en todo el mundo. Nosotros lo vemos como una enorme oportunidad de poner al día el déficit de infraestructura que tiene la Argentina.