La diputada de Cambiemos celebró el avance de la Ley de Reforma Política que instaura la boleta electrónica, restringe las PASO e incluye la paridad de género en las listas electorales.
-¿Le costó mucho a Cambiemos lograr la firma de este dictamen?
-Sí, mucho. Hoy es un día para celebrar, histórico, aunque parezca que no. El hecho de que la paridad de género, esto es una mujer y un hombre, estén integrando las listas de las PASO en igual número es histórico. El proceso que nos llevó a la firma de este dictamen es muy similar al que tuvo la Ley Sanz Peña en 1912 porque así como esa Ley hizo que el voto universal sea efectivo para todos los hombres mayores de 18, esta ley hace del voto universal un voto de igualdad efectiva entre hombres y mujeres en Argentina.
-¿Qué cambios fue sufriendo el proyecto hasta el dictamen de hoy?
-Se han despejado todas las sospechas. Se han incluido muchos controles y la reforma se ha nacionalizado (al principio se discutía si los cambios se iban a aplicar de forma gradual o no). Hoy se va a aplicar en todo el país para las elecciones nacionales del próximo año, con todos los controles legislativos y societales. Vamos a tener un control Bicameral permanente de todo el proceso —licitación e implementación—, y un Consejo de Seguimiento extra-parlamentario. También se agregaron nuevas penalidades electorales. No es un sistema vulnerable a todas las influencias. Hay confianza y por eso logramos el apoyo de la mayoría de los bloques. Si uno mira de donde partimos con este debate y a donde estamos llegando puede verse que hubo una construcción de consenso y legitimidad legislativa.
-No obstante todo esto, usted aprobó el dictamen de mayoría pero con disidencias. ¿Cuáles son los puntos que le generan dudas?
-Bueno, yo propongo algunos cambios específicamente de redacción, de principios del derecho electoral. El texto habla de privacidad y el voto no es una cuestión privada, sino que es secreto. Y yo creo que los principios son muy importantes porque tienen que ver con el contenido político para el uso de un mecanismo. Acá no tenemos un voto electrónico sino un mecanismo electrónico. Segunda cuestión: yo propongo que se cree un Registro Digital de Candidaturas Múltiples porque las penalizamos y eso está muy bien (no puede ser que una misma persona se postule para distintas áreas: municipio, provincia y nación porque en 11 distritos las elecciones son simultaneas), pero no puede ser que no tengamos un registro para ir controlando si hay o no violación. Creamos la pena pero no los instrumentos para garantizar que no se cometa la infracción. Y otro punto fuerte es la regulación del voto en blanco. Éste no puede ser un candidato más. El voto en blanco debe ser una opción, no una candidatura. Lo que proponemos es que, en el diseño de la pantalla, el voto en blanco no tenga el mismo tamaño que un candidato para no incentivarlo.
-Una de las principales objeciones por parte de la oposición es que ese mecanismo electrónico puede ser violado.
-Eso quedó saldado. Al principio también tuvimos la sospecha de que podía ser así pero se fijaron penalidades digitales y toda una serie de controles que garantizan su seguridad. Lo más importe que hemos logrado es justamente el control del sistema. Si no hay un sistema de procedimiento que construya confianza, el método de votación, sea papel o sea versión electrónico, es vulnerable. Lo que estamos construyendo es ese sistema de controles que le garantice a todos los actores del proceso confianza porque la confianza es credibilidad.
-Muchos opositores reclamaron que para que la reforma sea integral debía modificarse la Ley de Financiamiento de los Partidos Políticas.
– Estoy de acuerdo, debe modificarse la Ley y los partidos políticos, o sea la cantidad y el dinero. Creo que el sistema argentino es absolutamente laxo comparado con las democracias que funcionan bien. Un tope del 2 o del 3 por ciento no es proscriptivo, es muy representativo. Y tenemos que terminar con el negocio de los partidos propios. En Argentina, sobre todo en las provincias, sobran los partidos. Más representación no es mejor representación. La gente no puede controlar. Las reformas se hacen para fortalecer a la ciudadanía y esta sólo puede participar cada dos años y necesita poder controlar no sólo votar. Nuestro caso es insólito. En ninguna democracia federal, los partidos provinciales compiten por cargos nacionales y en Argentina sí. Necesitamos encontrar un punto de equilibrio.
-¿Es este el momento político y social para realizar una reforma de este tipo?
-Para el caso de la paridad de género se cuestionó mucho si es oportuno, pero tiene que ver con un derecho. No es un capricho de las mujeres la paridad. Es equilibrar la gran desigualdad e injusticia que vive la mujer no sólo en Argentina, en la mayoría de los países necesario. Sólo queremos equidad y para eso no hay un momento que sea más adecuado que otro.